miércoles, 19 de diciembre de 2007

Técnicas

Había ya dicho algún filósofo que la técnica alcanzaría la realidad del hombre. Aplicaciones que permiten descontar tiempo, abaratar costos y hacer posibles mediciones de productividad. Comprimir el espacio del hombre por el espacio del trabajo. Con la pasta pasa lo mismo: envase más pequeño con triple potencia, infinita adicción y un consumo de curva ascendente. En eso no me parezco menos a la señora que en navidad sale de compras a atiborrar los centros comerciales con sus deseos hechos productos. La mirada del niño cuando abre el regalo, la emoción de la madre de regalar y poder regalar, el padre como proveedor oficial, todo eso se comprime y expone en una intrincada red de dealers de las emociones. Las campañas comienzan, planificadamente, a fines de octubre, mientras que a fines de diciembre comienzan las de inicio de clases. Así es que de algún modo somos más viejos antes de tiempo. Creo ser moderno cuando consumo. En poco tiempo hago la obra completa: deseo, trabajo, venta, consumo. Con una técnica depurada y aprendida desde mi espejo más cercano y sublime.